Diecinueve imprecisiones me llevan a dos certezas: saber que después de los dos puntos no van mayúsculas y que toser con minúsculas no contagia los sueños.
Distingo una oscuridad y ahí me camuflo, «el viejo truco de andar por las sombras«. Elijo tipear a ciegas lo que la motricidad trace. Ya hastié Mi ansiedad con peroratas azules.
Hipando me aparecen las realidades ansietas con idéntico final: (sin mayúsculas) todxs morimos pero yo.
Entro a cabalgar la primera que tira una dislexia entre viajar y viejar. Ahí me acomodo y distopeo el match. Viajar decreta insomnio y Viejar dicta pepa. No hay mentes brillantes en estas profundidades, de modo que la combinación se traduce en zombie o sonámbulx. Astrónomo turco acerca su microtelescopio y logra distinguir la vergüenza del dueño. Caen las gravedades. Una bolsa levanta, otras se derrumban. Das kapital queda en otro lado, yo estoy en El Pueblito incrustrado en Salsipuedes.